Dulzor perfecto ¿por qué es adictivo?

¿Alguna vez has comido algún dulce, bebida o procesado y cuando lo pruebas sientes que tiene el sabor PER-FEC-TO y no puedes parar de comerlo? 

 

Esa sensación tiene un nombre: Bliss Point. La industria de ultraprocesados ha invertido millones de dólares en desarrollar sus productos y encontrar su bliss point perfecto .

 

¿En qué consiste? La respuesta es fácil y maliciosa, en mezclar la cantidad perfecta de sal, azúcar y grasa para activar en tu cerebro esa sensación de "felicidad" y adicción a ese producto. 

 

Cientos de compañías dedican gran parte de sus ganancias a hacer estudios científicos que les permitan conocer el Bliss Point de su producto, de esta manera pueden actualizar sus fórmulas y vender más. Sin embargo, la mayoría de las veces esto se realiza con productos de muy poca o nula calidad, con azúcar sumamente procesada, aceites parcialmente hidrogenados y sales yodadas, resultando en una mezcla muy poco favorable para nuestra alimentación. 

 

La ciencia detrás del Bliss Point... ¿Por qué esa combinación de sabores nos hace querer más y más? Resulta que combinar azúcar, sal y grasa en las cantidades "perfectas" activa la parte de recompensa en nuestro cerebro, liberando pequeñas dosis de dopamina (la hormona del placer). Cuando probamos un procesado nuevo, que tiene bien definido su bliss point, es muy seguro que queramos consumirlo con mucha frecuencia y se vuelva complicado encontrar algo que lo sustituya ¡pero no es imposible! 

 

 

Encuentra tu propio bliss point: para no caer en los terribles juegos de la industria de procesados, puedes buscar tu propio bliss point, esa combinación de sabores en tu comida hecha en casa que te llene de placer comer. No tienes que agregarle aceites, azúcares ni mucho menos, se trata únicamente de conocer aquellos sabores que tú mismo puedes crear a través de toda la variedad de frutas, verduras y granos enteros que nos ofrece la naturaleza. 

 

• Reduce tu consumo de azúcar: un gran porcentaje (si no es que todos) los alimentos ultra-procesados contienen altos niveles de azúcar. Procura reducir su consumo y después de un tiempo notarás cómo tu paladar preferirá sabores más naturales. 
• Encuentra nuevos sabores: ¡no todo el dulce o salado! Añade a tu catálogo sabores distintos, verás cómo tu lengua empieza a desarrollar nuevos gustos y ampliarás tu gama de opciones. Eso sí, procura que tus fuentes de alimentación sean lo más naturales posible.
• Encuentra la versión saludable de tu antojo: Si tienes a la mano una versión más sana de tu antojo, empezarás a desplazarlo poco a poco, además notarás que te deja satisfecho y sin ganas de seguir comiendo hasta que revientes. Otra ventaja es que probablemente termines sustituyendo tu antojo original por completo ¡eliminando ese ultraprocesado de tu alimentación!